Cómo olvidar aquél día. Hacia 6 meses que nos conocíamos en la distancia. No recuerdo bien como llegamos a aquello, pero si recuerdo nuestras conversaciones interminables, ya fuera wasapeando o por teléfono. Nunca había sentido una conexión igual con nadie. Me enamoré de tí, como debe ser el amor de verdad... Sin verte, sin una fotografía, sin nada. Pero tu sentido del humor, tu inteligencia, tu forma de escribir, tu voz cuando hablábamos por teléfono, tu forma de pensar, de sentir... Me enamoraron. Recuerdo cuando vi tu primera foto, en aquél entonces aún no éramos oficialmente pareja. Vi aquella foto y pensé: "jamás podré estar con una mujer como esta", así pensaba, era demasiado guapa, demasiado mujer, y yo, tan inseguro, tan poco confiado en mis virtudes...
Pero los días pasaron, las semanas pasaron, y te acercaste a mí cada vez más. Hasta que una buena noche, decidí atreverme a abrir mi corazón aún sabiendo que podría ser dañado, pero, en esta vida solo se puede ser feliz si estás dispuesto a arriesgarte a sufrir. Te dije que me estaba enamorando de tí, y tú me dijiste que era el mejor regalo que te podía hacer.
No era fácil vernos, tu vivías en Madrid y yo en Gijón, nuestras circunstancias tampoco eran muy favorables, pero empezamos a planear como y cuando vernos. Sería un mes de Septiembre, a mitad de camino, en Valladolid.
Nunca olvidaré nuestra nerviosa conversación, yo viajando en tren, y tu en autobús. Después de 6 meses, solo quedaba una hora para vernos. Entonces tu me preguntaste: "¿Qué hacemos cuando nos veamos?¿Nos damos la mano?¿dos besos en la mejilla?. Intentando mantener la calma y la lógica, pues, nunca nos habíamos visto cara a cara, le dije que podíamos darnos dos besos en la mejilla y luego ya se vería.
Acababa de llegar a la estación de autobuses, cuando me mandaste un mensaje: "Estamos entrando en la estación".
Miré a lo lejos y vi bajar su autobús por la rampa. No sé cuanto tiempo pasaría desde ese momento hasta que bajaste por las escaleras del autobús. Lo único que recuerdo es que durante el tiempo que pasara, de pronto, solo escuché el silencio, y el tiempo se detuvo. Quizás ese haya sido el momento más mágico de mi vida...
Y entonces te vi aparecer... Nos dimos un beso en una de nuestras mejillas, y cuando íbamos a darnos el segundo, nuestros labios se encontraron... No pudimos dejar de besarnos...
Pasé contigo 9 días y 4 noches. He tenido varias parejas a las que he querido con todo mi corazón. Pero tú fuiste el amor de mi vida, hasta que un día, no pudiste más, tenias demasiado entorno con demasiados nudos que resolver para poder estar conmigo, o quizás, es que no me llegaste a querer como yo te quise...
Sea como sea, ahora que mi vida es triste, que, a pesar de que por edad, aún podrían ocurrirme cosas buenas, ahora que siento que mi vida ha terminado, que solo estoy aquí porque aún no me han querido llevar y yo no he tenido el valor para irme... Te digo querida mía: a pesar de que mi vida nunca ha sido fácil por mi problema de evitación, haber estado contigo ha hecho que haya merecido la pena vivir...
Pero los días pasaron, las semanas pasaron, y te acercaste a mí cada vez más. Hasta que una buena noche, decidí atreverme a abrir mi corazón aún sabiendo que podría ser dañado, pero, en esta vida solo se puede ser feliz si estás dispuesto a arriesgarte a sufrir. Te dije que me estaba enamorando de tí, y tú me dijiste que era el mejor regalo que te podía hacer.
No era fácil vernos, tu vivías en Madrid y yo en Gijón, nuestras circunstancias tampoco eran muy favorables, pero empezamos a planear como y cuando vernos. Sería un mes de Septiembre, a mitad de camino, en Valladolid.
Nunca olvidaré nuestra nerviosa conversación, yo viajando en tren, y tu en autobús. Después de 6 meses, solo quedaba una hora para vernos. Entonces tu me preguntaste: "¿Qué hacemos cuando nos veamos?¿Nos damos la mano?¿dos besos en la mejilla?. Intentando mantener la calma y la lógica, pues, nunca nos habíamos visto cara a cara, le dije que podíamos darnos dos besos en la mejilla y luego ya se vería.
Acababa de llegar a la estación de autobuses, cuando me mandaste un mensaje: "Estamos entrando en la estación".
Miré a lo lejos y vi bajar su autobús por la rampa. No sé cuanto tiempo pasaría desde ese momento hasta que bajaste por las escaleras del autobús. Lo único que recuerdo es que durante el tiempo que pasara, de pronto, solo escuché el silencio, y el tiempo se detuvo. Quizás ese haya sido el momento más mágico de mi vida...
Y entonces te vi aparecer... Nos dimos un beso en una de nuestras mejillas, y cuando íbamos a darnos el segundo, nuestros labios se encontraron... No pudimos dejar de besarnos...
Pasé contigo 9 días y 4 noches. He tenido varias parejas a las que he querido con todo mi corazón. Pero tú fuiste el amor de mi vida, hasta que un día, no pudiste más, tenias demasiado entorno con demasiados nudos que resolver para poder estar conmigo, o quizás, es que no me llegaste a querer como yo te quise...
Sea como sea, ahora que mi vida es triste, que, a pesar de que por edad, aún podrían ocurrirme cosas buenas, ahora que siento que mi vida ha terminado, que solo estoy aquí porque aún no me han querido llevar y yo no he tenido el valor para irme... Te digo querida mía: a pesar de que mi vida nunca ha sido fácil por mi problema de evitación, haber estado contigo ha hecho que haya merecido la pena vivir...