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El trastorno obsesivo compulsivo llegó al cine, al teatro y a los libros. Y ya no es tabú. Se acude antes al médico y se evitan años de sufrimiento.
Hace algunos años, no muchos sabían lo que era un TOC. Por eso, quienes tenían un trastorno obsesivo compulsivo eran confundidos con personas “maniáticas de la limpieza” o “híper ordenadas” y tardaban años en tener un diagnóstico y un tratamiento adecuado. Esa demora implicaba consecuencias graves porque el TOC se va extendiendo hasta que lo invade todo: lo que empieza, por ejemplo, con un lavado de manos frecuente puede pasar a lavados con lavandina, con desinfectantes, con la necesidad de tirar la ropa, la imposibilidad de besarse, de sentarse en un subte para ir a trabajar. Sin embargo, aquello que era considerado una epidemia silenciosa, dejó de serlo. Y como ahora sí se habla del tema, los pacientes empiezan a llegar antes al especialista: lo que evitan son años y años de una vida tortuosa.
El trastorno obsesivo compulsivo –lo tienen 20 de cada 1.000 personas– funciona con ideas intrusivas (pensamientos obsesivos) y rituales. El de “contaminación y lavado” es uno de los más frecuentes: los pensamientos están tomados (“me voy a enfermar”) y sólo se logra sentir alivio repitiendo un ritual, como lavarse las manos. “Más se lava y más alivio siente, por eso el ritual va aumentando, aunque eso refuerza el problema”, dice Fernando García, doctor en psicología y experto de la Fundación Aiglé.
Otro de los más comunes es el de “duda y verificación”: “creo que no cerré la llave de gas” y necesito volver a verificar (al principio alguna vez, después puede llevar horas salir de casa). Sigue el de las “ideas supersiticiosas”: creo que si no hago tal cosa va a ocurrir una desgracia: “Hasta que no pasen los colectivos 15, 106 y 110 en ese orden, no me puedo subir, por ejemplo. Eso hace que muchas veces terminen abandonando los estudios o el trabajo”, sigue Enzo Cascardo, psiquiatra y autor del libro “TOC: 100 preguntas, 101 respuestas”.
“Antes llegaban a la consulta a los 25 o 30 años, pero ahora que se sabe más del tema, ya no hablamos de una epidemia silenciosa: ahora las familias lo detectan antes, incluso en niños”, sigue Cascardo. “Lo que se evita son años de un deterioro grave de la calidad de vida, porque con el tiempo van incorporando más ideas obsesivas. Un chico diagnosticado a tiempo debería festejar dos veces su cumpleaños: el día en que nació y el día en que llegó a la consulta”.
El chiste no ayuda: no es cierto que alguien que limpia mucho su casa o que se cambia porque tiene una manchita es “re TOC”. “Tiene que afectar mucho la vida, ocuparle una, dos, tres horas diarias. Hay personas que terminaron viviendo en un cuadrado de 3 x 3 porque creían que todo estaba contaminado en su casa. La OMS dice que el TOC es una de las 10 enfermedades más incapacitantes del mundo, al lado de la esquizofrenia”, explica García. Varios factores ayudaron a que la epidemia dejara de ser silenciosa: hay más información, hay una obra de teatro (“Toc, Toc”, que ahora llegará al cine) y hay un libro llamado TOCada en el que Romina Vitale contó cómo tuvo que tirar ropa, dejar de juntarse con amigos, bañarse vestida (ver aparte).
Para tratarlo, no todas las terapias sirven. “La que funciona es la terapia cognitivo conductual y el tratamiento se llama ‘de exposición y prevención de la respuesta’. Es decir, poner al paciente a vivir lo que teme”, explica Tania borda, doctora en psicología y directora de la clínica de Bio Behavioral Institute. “Por ejemplo, tenía un chico que decía que si miraba a alguien feo se iba a transformar en él. El ritual que lo calmaba era pestañear cuatro veces. Su idea obsesiva es ‘si no puedo pestañear me transformo en alguien así de feo’. Eso quiere decir que los rituales alivian pero dan veracidad a la idea. Lo que hacíamos durante el tratamiento era mirar imágenes de gente fea por un tiempo prolongado hasta que se calmaba. Es muy efectivo –cierra– porque lo que se hace es que el paciente confronte ese temor para evitar que siga creyendo en algo que no es real”.
Fuente: http://www.clarin.com/sociedad/TOC-epidemia-silenciosa-consultas-detecta_0_1651634990.html
Hace algunos años, no muchos sabían lo que era un TOC. Por eso, quienes tenían un trastorno obsesivo compulsivo eran confundidos con personas “maniáticas de la limpieza” o “híper ordenadas” y tardaban años en tener un diagnóstico y un tratamiento adecuado. Esa demora implicaba consecuencias graves porque el TOC se va extendiendo hasta que lo invade todo: lo que empieza, por ejemplo, con un lavado de manos frecuente puede pasar a lavados con lavandina, con desinfectantes, con la necesidad de tirar la ropa, la imposibilidad de besarse, de sentarse en un subte para ir a trabajar. Sin embargo, aquello que era considerado una epidemia silenciosa, dejó de serlo. Y como ahora sí se habla del tema, los pacientes empiezan a llegar antes al especialista: lo que evitan son años y años de una vida tortuosa.
El trastorno obsesivo compulsivo –lo tienen 20 de cada 1.000 personas– funciona con ideas intrusivas (pensamientos obsesivos) y rituales. El de “contaminación y lavado” es uno de los más frecuentes: los pensamientos están tomados (“me voy a enfermar”) y sólo se logra sentir alivio repitiendo un ritual, como lavarse las manos. “Más se lava y más alivio siente, por eso el ritual va aumentando, aunque eso refuerza el problema”, dice Fernando García, doctor en psicología y experto de la Fundación Aiglé.
Otro de los más comunes es el de “duda y verificación”: “creo que no cerré la llave de gas” y necesito volver a verificar (al principio alguna vez, después puede llevar horas salir de casa). Sigue el de las “ideas supersiticiosas”: creo que si no hago tal cosa va a ocurrir una desgracia: “Hasta que no pasen los colectivos 15, 106 y 110 en ese orden, no me puedo subir, por ejemplo. Eso hace que muchas veces terminen abandonando los estudios o el trabajo”, sigue Enzo Cascardo, psiquiatra y autor del libro “TOC: 100 preguntas, 101 respuestas”.
“Antes llegaban a la consulta a los 25 o 30 años, pero ahora que se sabe más del tema, ya no hablamos de una epidemia silenciosa: ahora las familias lo detectan antes, incluso en niños”, sigue Cascardo. “Lo que se evita son años de un deterioro grave de la calidad de vida, porque con el tiempo van incorporando más ideas obsesivas. Un chico diagnosticado a tiempo debería festejar dos veces su cumpleaños: el día en que nació y el día en que llegó a la consulta”.
El chiste no ayuda: no es cierto que alguien que limpia mucho su casa o que se cambia porque tiene una manchita es “re TOC”. “Tiene que afectar mucho la vida, ocuparle una, dos, tres horas diarias. Hay personas que terminaron viviendo en un cuadrado de 3 x 3 porque creían que todo estaba contaminado en su casa. La OMS dice que el TOC es una de las 10 enfermedades más incapacitantes del mundo, al lado de la esquizofrenia”, explica García. Varios factores ayudaron a que la epidemia dejara de ser silenciosa: hay más información, hay una obra de teatro (“Toc, Toc”, que ahora llegará al cine) y hay un libro llamado TOCada en el que Romina Vitale contó cómo tuvo que tirar ropa, dejar de juntarse con amigos, bañarse vestida (ver aparte).
Para tratarlo, no todas las terapias sirven. “La que funciona es la terapia cognitivo conductual y el tratamiento se llama ‘de exposición y prevención de la respuesta’. Es decir, poner al paciente a vivir lo que teme”, explica Tania borda, doctora en psicología y directora de la clínica de Bio Behavioral Institute. “Por ejemplo, tenía un chico que decía que si miraba a alguien feo se iba a transformar en él. El ritual que lo calmaba era pestañear cuatro veces. Su idea obsesiva es ‘si no puedo pestañear me transformo en alguien así de feo’. Eso quiere decir que los rituales alivian pero dan veracidad a la idea. Lo que hacíamos durante el tratamiento era mirar imágenes de gente fea por un tiempo prolongado hasta que se calmaba. Es muy efectivo –cierra– porque lo que se hace es que el paciente confronte ese temor para evitar que siga creyendo en algo que no es real”.
Fuente: http://www.clarin.com/sociedad/TOC-epidemia-silenciosa-consultas-detecta_0_1651634990.html
. ¿Cuando vamos a tener a un evitativo de protagonista en una peli o novela? 
