Hola, soy Valentina, tengo 19 años y hasta hace relativamente poco tiempo me diagnosticaron TPE. Ha sido un proceso complejo, puesto que mucho antes de prever un diagnóstico, sospechaba de mi condición. Crecí en una familia disfuncional, una en donde mis padres padecen tratornos mentales no tratados y que se han venido agravando con el tiempo. Mi padre tuvo especial incidencia en mi inestabilidad y conformación de identidad. En mi infancia pasaba las tardes enteras con él, escribía cartas y jugábamos juntos. Me caracterizaba por ser bastante genuina y extrovertida. Solia ser como todo Infante curiosa por conocer mi entorno. Quizá uno de mis primeros recuerdos se remonta a esos días en los que discutir, era una constante. Encerraba a mis padres en habitaciones distintas en busca de un poco de tranquilidad. Tal incidencia, sumado a que por cuestiones económicas, mi familia no volvió a retomar contacto social -si por vergüenza-, no tuve una infancia o desarrollo acorde. Careci de estímulos sociales y vivencia ,que me permitiesen ser funcional. Por otro lado, pese a mi candidez infantil, poco a poco fui esbozando rasgos de timidez, fui adquiriendo la forma de mi padre. Otra persona en mi familia diagnosticada con dicho trastorno de personalidad.
Finalmente llegue a los nueve años y fui siendo cada vez más marginada. Esto me llevo a revisar las fotos familiares, allí estaba yo. Con nueve años con un semblante caído y mis manos tensas, la mirada pérdida. Ahí lo entendí todo. Coexistir con un trastorno de personalidad afecta cada una de las dimensiones del ser humano: desde tomar decisiones, a continuar académica o laboralmente y claro esta en como mis relacionamos con nosotros mismos y el entorno. Intento a pesar de dichas limitaciones, reconocer y aceptar lo que padezco y deconstruirme. Un saludo a todos los que me leen, mucha fuerza. Abrazos.
Finalmente llegue a los nueve años y fui siendo cada vez más marginada. Esto me llevo a revisar las fotos familiares, allí estaba yo. Con nueve años con un semblante caído y mis manos tensas, la mirada pérdida. Ahí lo entendí todo. Coexistir con un trastorno de personalidad afecta cada una de las dimensiones del ser humano: desde tomar decisiones, a continuar académica o laboralmente y claro esta en como mis relacionamos con nosotros mismos y el entorno. Intento a pesar de dichas limitaciones, reconocer y aceptar lo que padezco y deconstruirme. Un saludo a todos los que me leen, mucha fuerza. Abrazos.
