V
Virnatio
Supongo que es natural que dentro de un sistema social cada jugador quiera disponer de la mayor cantidad de información posible, para realizar mejores jugadas, posicionarse mejor en el juego de la vida.
Pero cuando el analizar y darle vueltas a las cosas, ya se consciente o inconscientemente, se convierte prácticamente en la forma en como nos relacionamos con los demás y en una fuente de cuestionamientos internos, dejamos de relacionarnos con los demás y también nos perdemos en el camino.
Es difícil. A mi aun me cuesta. Y es mas difícil aun cuando dentro del proceso de raciocinio aparentemente correcto los argumentos parecieran darte la razón.
Cuando alguien pareciera no tener la voluntad para corresponderte. Cuando pareciera que nunca seras agradable para los demás. Cuando esa persona se aleja o mantiene la distancia (o al menos eso es lo que tu crees en su minuto).
Parece un problema complicado. Pero no lo es tanto. La regla simple es: si no nos podemos comunicar, sino somos capaces de plantearles nuestras inquietudes al otro, o si no es prudente hacerlo, debemos confiar, confiar en que no somos capaces de comprender al otro, así como el resto del mundo no comprende la evitación. Confiar en que el comportamiento no se gesta de simples premisas como "no me agrada, es rarin". Entender que nos equivocamos, que las personas se equivocan, pero que podemos todos ser mejores, y que nosotros podemos facilitar tal cosa, o al menos posibilitarla. Entender que cada persona tiene sus líos mentales, sus inseguridades, sus prejuicios. Que no es fácil para nadie. Que somos humanos y erramos, todos los días. Entender que cada uno vera siempre lo que quiere ver.
Y, mas importantemente, entender que, cuando estamos afectados, nuestro juicio, nuestro pensamiento, sera inevitablemente parcial. Cuando te duele, cuando te sientes pasado a llevar, cuando eres "el raro", cuando los recuerdos pesan, cuando no queremos escuchar a nadie salvo a nosotros mismos. Hay un espacio que debe respetarse, el espacio para desahogarse y sopesar los sentimientos, pero reconocer e intentar contrarrestar la parcialidad nos ayuda por sobretodo a nosotros mismos. Yo prefiero intentar desconectarme, intentar perdonar, dejar que le mundo siga su curso; "No quiero que mis recuerdos y sentimientos me manejen. No quiero aumentar la distancia". Lo intento.
Que difícil es quedarse con lo bueno, es difícil ver lo bueno cuando ves el mundo como un campo de batalla en donde analizar a los demás, dilucidar sus intenciones, sus pensamientos respecto a nosotros; evaluar la amenaza, se ha convertido en una estrategia de supuesta supervivencia. Supervivencia del evitativo en nosotros, no de nosotros.
Ay que extraña forma de desahogarse no?
Pero cuando el analizar y darle vueltas a las cosas, ya se consciente o inconscientemente, se convierte prácticamente en la forma en como nos relacionamos con los demás y en una fuente de cuestionamientos internos, dejamos de relacionarnos con los demás y también nos perdemos en el camino.
Es difícil. A mi aun me cuesta. Y es mas difícil aun cuando dentro del proceso de raciocinio aparentemente correcto los argumentos parecieran darte la razón.
Cuando alguien pareciera no tener la voluntad para corresponderte. Cuando pareciera que nunca seras agradable para los demás. Cuando esa persona se aleja o mantiene la distancia (o al menos eso es lo que tu crees en su minuto).
Parece un problema complicado. Pero no lo es tanto. La regla simple es: si no nos podemos comunicar, sino somos capaces de plantearles nuestras inquietudes al otro, o si no es prudente hacerlo, debemos confiar, confiar en que no somos capaces de comprender al otro, así como el resto del mundo no comprende la evitación. Confiar en que el comportamiento no se gesta de simples premisas como "no me agrada, es rarin". Entender que nos equivocamos, que las personas se equivocan, pero que podemos todos ser mejores, y que nosotros podemos facilitar tal cosa, o al menos posibilitarla. Entender que cada persona tiene sus líos mentales, sus inseguridades, sus prejuicios. Que no es fácil para nadie. Que somos humanos y erramos, todos los días. Entender que cada uno vera siempre lo que quiere ver.
Y, mas importantemente, entender que, cuando estamos afectados, nuestro juicio, nuestro pensamiento, sera inevitablemente parcial. Cuando te duele, cuando te sientes pasado a llevar, cuando eres "el raro", cuando los recuerdos pesan, cuando no queremos escuchar a nadie salvo a nosotros mismos. Hay un espacio que debe respetarse, el espacio para desahogarse y sopesar los sentimientos, pero reconocer e intentar contrarrestar la parcialidad nos ayuda por sobretodo a nosotros mismos. Yo prefiero intentar desconectarme, intentar perdonar, dejar que le mundo siga su curso; "No quiero que mis recuerdos y sentimientos me manejen. No quiero aumentar la distancia". Lo intento.
Que difícil es quedarse con lo bueno, es difícil ver lo bueno cuando ves el mundo como un campo de batalla en donde analizar a los demás, dilucidar sus intenciones, sus pensamientos respecto a nosotros; evaluar la amenaza, se ha convertido en una estrategia de supuesta supervivencia. Supervivencia del evitativo en nosotros, no de nosotros.
Ay que extraña forma de desahogarse no?
