L
Laudano en mi éter
Sueño de una noche.
Un sonido en el cristal, y entras, con flores en la boca, como un chorro de calor helado, en mitad de una noche de infierno sin luna. Tú brillas en la habitación.
No hay peor forma de empezar un trance, lugares comunes, oxímoron cliché, figuras clásicas, pero aun así, tú brillas en la oscuridad para que te salven. Cuanta pretensión a cambio de tan poco, apelas a la confianza, apelas a mi nuca rasurada, y apelarás una fruta cualquiera extraída con gracia del ropero. Y no creas que me importa tu osadía, como mucho me alucina y me sorprende con la ilusión de un infante, ver tal alarde de magia, aunque suponga meter tu mano en mi armario.
Estamos decepcionados, pero reflejo, has de saber que te he amado.
Eres perfección, cuando puedo mirarte en la distancia, como alguien desconocido cuyos defectos no veo, deidad esculpida en barro enemiga de la tormenta, mago de oz que permaneces tras tu cortina escarlata. Te observo en la distancia, te sueño porque no te alcanzo y puedes ser como te he imaginado.
Si te acercas, te parecerás a mí, un ser humano. Débil o peligroso, en ambos casos decepcionante.
Mancha en el celofán de mi boca. Cubre mi cabeza para que no hable, porque aun sin boca, serán mis ojos los que griten.
Dime que no has venido para jugar con cristales rotos ni con restos de la guerra, recuérdame que estás aquí para sorprenderme y hacerme pensar en las flores que crecen en la luna. Has dado un paso en el aire para entrar en mi habitación sin saber qué encontrarías, yo he dado 3 hacia atrás y he soñado con jardines suculentos y poblados de fuegos fatuos. Tenemos toda la eternidad de la noche para deshacernos de las cuerdas de celofán y terciopelo.
Recuerdo noches en color cuando todo era aventura, y una presencia me hacía sentir con fortuna, yo era ingenua y crédula, pero aun pesaba el tiempo. Caminaba descalza, el suelo era siempre verde y blandito, los astros no eran un mito.
Siempre quise ser tú, o verme en otra parte. Siempre me han apasionado otras capas de conciencia, estoy, ausente en otras realidades.
Sin ti, no podría ser tú.
Ya no camino por una cuerda, he madurado, pero dime qué es eso. Abre ahora tu ventana, o no podrá pasar la luna cuando haya renacido. ¿Tú cuántas muertes tienes?. Todo se pierde tarde o temprano, todo medio de exposición se renueva. Tú te expones hoy con una cara, y en 20 años tendrás una nueva. Y yo canto en distinto color pero de la misma forma.
Con-ti-nui-dad.
Dormidos internamente, mis ojos febriles, miran el firmamento, con anhelo de aliento y tranquilidad. Dime que la noche nunca se acabará. Que mis suspiros guían tu caminar y siempre sabes dónde me vas a encontrar. No me abandones, ni me entregues a la impura luz del día.
Un sonido en el cristal, y entras, con flores en la boca, como un chorro de calor helado, en mitad de una noche de infierno sin luna. Tú brillas en la habitación.
No hay peor forma de empezar un trance, lugares comunes, oxímoron cliché, figuras clásicas, pero aun así, tú brillas en la oscuridad para que te salven. Cuanta pretensión a cambio de tan poco, apelas a la confianza, apelas a mi nuca rasurada, y apelarás una fruta cualquiera extraída con gracia del ropero. Y no creas que me importa tu osadía, como mucho me alucina y me sorprende con la ilusión de un infante, ver tal alarde de magia, aunque suponga meter tu mano en mi armario.
Estamos decepcionados, pero reflejo, has de saber que te he amado.
Eres perfección, cuando puedo mirarte en la distancia, como alguien desconocido cuyos defectos no veo, deidad esculpida en barro enemiga de la tormenta, mago de oz que permaneces tras tu cortina escarlata. Te observo en la distancia, te sueño porque no te alcanzo y puedes ser como te he imaginado.
Si te acercas, te parecerás a mí, un ser humano. Débil o peligroso, en ambos casos decepcionante.
Mancha en el celofán de mi boca. Cubre mi cabeza para que no hable, porque aun sin boca, serán mis ojos los que griten.
Dime que no has venido para jugar con cristales rotos ni con restos de la guerra, recuérdame que estás aquí para sorprenderme y hacerme pensar en las flores que crecen en la luna. Has dado un paso en el aire para entrar en mi habitación sin saber qué encontrarías, yo he dado 3 hacia atrás y he soñado con jardines suculentos y poblados de fuegos fatuos. Tenemos toda la eternidad de la noche para deshacernos de las cuerdas de celofán y terciopelo.
Recuerdo noches en color cuando todo era aventura, y una presencia me hacía sentir con fortuna, yo era ingenua y crédula, pero aun pesaba el tiempo. Caminaba descalza, el suelo era siempre verde y blandito, los astros no eran un mito.
Siempre quise ser tú, o verme en otra parte. Siempre me han apasionado otras capas de conciencia, estoy, ausente en otras realidades.
Sin ti, no podría ser tú.
Ya no camino por una cuerda, he madurado, pero dime qué es eso. Abre ahora tu ventana, o no podrá pasar la luna cuando haya renacido. ¿Tú cuántas muertes tienes?. Todo se pierde tarde o temprano, todo medio de exposición se renueva. Tú te expones hoy con una cara, y en 20 años tendrás una nueva. Y yo canto en distinto color pero de la misma forma.
Con-ti-nui-dad.
Dormidos internamente, mis ojos febriles, miran el firmamento, con anhelo de aliento y tranquilidad. Dime que la noche nunca se acabará. Que mis suspiros guían tu caminar y siempre sabes dónde me vas a encontrar. No me abandones, ni me entregues a la impura luz del día.