Hola, hoy justo hace un año que di el gran paso de pedir ayuda profesional.
Siempre fui algo tímida, y me sonrojaba en algunas ocasiones. Pero bueno, intentaba no darle importancia. A lo largo de los años, pensaba que iba a ir desapareciendo pero todo lo contrario. Cuando terminé la carrera y volví a mi ciudad mi grupo de amigas se había casi disuelto, cada una tomó un camino, hicieron nuevas amistades... y ahí estaba yo...tratando de ubicarme y encontrar mi sitio. No fue nada fácil y empecé a encerrarme en mi familia, y dos, tres amigos mal contados que compartía con mi hermana. Cuando salía no me sentía cómoda, cada vez menos y ya si me decían "uy que roja, que colorada estás, pero si yo tengo hasta frío...." cada vez me sentía peor.
Así, que se convirtió en la pescadilla que se muerde la cola, menos salía, menos ganas, menos gente conocía, mas me autocastigaba por no ser como los demás, más sentimiento de culpa por no salir, por decir siempre que no. Tampoco a nivel profesional estaba teniendo éxito ya que no encontraba trabajo, hasta que me llego una oportunidad de trabajo que me llevo a la tierra en la que vivo actualmente, a mas de 800km de distancia de mi familia, de mis costumbres, de mis pocos amigo, en definitiva de mi zona de confort.
Pensaba que conocería a gente, que incluso tendría una pareja...a día de hoy sigo soñando con eso, porque no hay nada, trabajo-casa, casa-trabajo. Llegó la pandemia y despertó mi ansiedad, y por primera vez entendí ese sentimiento de que te falta el aire y que crees que no vas a salir de esa. Y seguía soñando con conocer gente, pero claro, el sonrojo cuando hablaba con gente desconocida se volvió casi permanente. En mi trabajo me afectaba a la hora de hablar delante de mis compañeros, o tener que reunirme con familiares de alumnos, soy docente.
Y llegó septiembre del 2022. Encontré un preparador y decidí después de pensarlo mucho, de la vergüenza que me daba (antes estas situaciones no me suponían tanto estrés) llamarlo y comenzar a prepararme. Sabía que me pondría rojísima cuando tuviese que hablar, y así fue, pero trataba de darle importancia, hasta que un día, de lo roja que me puse me dio mareo de la presión, me sentí super mal, y estuve dos días sin parar de llorar cuando llegaba del trabajo. Así que busque psicólogos y di el paso, que desde hacía años sabía que tenía que haber dado pero me engañaba a mi misma, buscando información ya que por mi formación intuía de que iba el tema, pero erré en el diagnóstico, yo pensaba que tenía fobia social y que yo me podía "curar a mi misma" pero no fue así. Llamé un viernes por la tarde y el lunes estaba en la consulta.
Estuve unos meses acudiendo, allí descubrí que tenía trastorno evitativo de la personalidad. A día de hoy no voy a consulta pero creo que he hecho grandes logros, lo que peor llevo es el ponerme roja, pero ha disminuido gracias a la terapia. Los amigos es otro cantar, estar en una ciudad en la que no conoces a gente, quizás mi edad tampoco ayuda, 40 años recién cumplidos la gente de mi edad tiene su familia, su circulo de amigos, su vida hecha y no se abren tan fácilmente , tampoco tengo mucho don para ser extrovertida y apuntarme a un bombardeo, claro que el TEP es lo que tiene no...
Sigo trabajando mi autoestima, eliminar las distorsiones, aceptar las pocas invitaciones que surgen... Sigo teniendo días de autentico bajón, pero solo me permito uno a la semana, el resto tengo que estar arriba, porque realmente es lo que quiero, estar arriba de animo, contenta conmigo aunque los avances sean pequeños.
Y si has llegado hasta aquí, gracias por leerme.
Siempre fui algo tímida, y me sonrojaba en algunas ocasiones. Pero bueno, intentaba no darle importancia. A lo largo de los años, pensaba que iba a ir desapareciendo pero todo lo contrario. Cuando terminé la carrera y volví a mi ciudad mi grupo de amigas se había casi disuelto, cada una tomó un camino, hicieron nuevas amistades... y ahí estaba yo...tratando de ubicarme y encontrar mi sitio. No fue nada fácil y empecé a encerrarme en mi familia, y dos, tres amigos mal contados que compartía con mi hermana. Cuando salía no me sentía cómoda, cada vez menos y ya si me decían "uy que roja, que colorada estás, pero si yo tengo hasta frío...." cada vez me sentía peor.
Así, que se convirtió en la pescadilla que se muerde la cola, menos salía, menos ganas, menos gente conocía, mas me autocastigaba por no ser como los demás, más sentimiento de culpa por no salir, por decir siempre que no. Tampoco a nivel profesional estaba teniendo éxito ya que no encontraba trabajo, hasta que me llego una oportunidad de trabajo que me llevo a la tierra en la que vivo actualmente, a mas de 800km de distancia de mi familia, de mis costumbres, de mis pocos amigo, en definitiva de mi zona de confort.
Pensaba que conocería a gente, que incluso tendría una pareja...a día de hoy sigo soñando con eso, porque no hay nada, trabajo-casa, casa-trabajo. Llegó la pandemia y despertó mi ansiedad, y por primera vez entendí ese sentimiento de que te falta el aire y que crees que no vas a salir de esa. Y seguía soñando con conocer gente, pero claro, el sonrojo cuando hablaba con gente desconocida se volvió casi permanente. En mi trabajo me afectaba a la hora de hablar delante de mis compañeros, o tener que reunirme con familiares de alumnos, soy docente.
Y llegó septiembre del 2022. Encontré un preparador y decidí después de pensarlo mucho, de la vergüenza que me daba (antes estas situaciones no me suponían tanto estrés) llamarlo y comenzar a prepararme. Sabía que me pondría rojísima cuando tuviese que hablar, y así fue, pero trataba de darle importancia, hasta que un día, de lo roja que me puse me dio mareo de la presión, me sentí super mal, y estuve dos días sin parar de llorar cuando llegaba del trabajo. Así que busque psicólogos y di el paso, que desde hacía años sabía que tenía que haber dado pero me engañaba a mi misma, buscando información ya que por mi formación intuía de que iba el tema, pero erré en el diagnóstico, yo pensaba que tenía fobia social y que yo me podía "curar a mi misma" pero no fue así. Llamé un viernes por la tarde y el lunes estaba en la consulta.
Estuve unos meses acudiendo, allí descubrí que tenía trastorno evitativo de la personalidad. A día de hoy no voy a consulta pero creo que he hecho grandes logros, lo que peor llevo es el ponerme roja, pero ha disminuido gracias a la terapia. Los amigos es otro cantar, estar en una ciudad en la que no conoces a gente, quizás mi edad tampoco ayuda, 40 años recién cumplidos la gente de mi edad tiene su familia, su circulo de amigos, su vida hecha y no se abren tan fácilmente , tampoco tengo mucho don para ser extrovertida y apuntarme a un bombardeo, claro que el TEP es lo que tiene no...
Sigo trabajando mi autoestima, eliminar las distorsiones, aceptar las pocas invitaciones que surgen... Sigo teniendo días de autentico bajón, pero solo me permito uno a la semana, el resto tengo que estar arriba, porque realmente es lo que quiero, estar arriba de animo, contenta conmigo aunque los avances sean pequeños.
Y si has llegado hasta aquí, gracias por leerme.