A
Andy
Pues siguiendo el consejo de @Magui quería terminar la historia que malmetí en este hilo.
Quería contaros el resto de la historia pero no sabía dónde podía hacerlo y tras buscar en el buscador, valga la redundancia, me di cuenta de que no hay un sitio en el que no solo contar esa pequeñas historias de un TPE (y de no TPE claro está) que suceden día a día sino también de historias de otro tiempo que ahora solo valen para reflexionar sobre aquello.
Tras escibir la parrafada me siento bien, es liberador. Ni siquiera lo habia notado pero en los intentos vanos de "curarme" me han pasado mil cosas. Como aquel viaje a Italia, o quella vez que tuve que dormir dos dias en un coche, o la movida de Irlanda, o...
Os invito a participar si tenéis una anécdota o historia. Igual nos reímos un rato por alguna locura mental propia.
Quería contaros el resto de la historia pero no sabía dónde podía hacerlo y tras buscar en el buscador, valga la redundancia, me di cuenta de que no hay un sitio en el que no solo contar esa pequeñas historias de un TPE (y de no TPE claro está) que suceden día a día sino también de historias de otro tiempo que ahora solo valen para reflexionar sobre aquello.
Por si quereis hambientar el tema
Las historias de Andy. A mi me habrá echado una maldición gitana alguien. Vaya suerte de perros. 63% de probabilidades de llover, me llevé el paraguas. Pensareis que está guay el haberlo cogido. Maldita la hora en la que lo hice. Cuando llegué a la parada que me deja a 10 min del trabajo no había ni rastro de nubes. Bien, estorbaría el paraguas todo el día.
Ahora empieza la historia. Hace un mes llego una nueva chica a la sección de RRHH. Destinada a la mejorara el ambiente laboral (maldita mi suerte, justo donde mas fallo) y empezó a concertar citas con todos, uno a uno, como no soy su objetivo desde que vio que me senté solo en la cafetería (era mal día, no quería hablar con nadie, ese día en específico no quería, tampoco es que cambie mucho cuando no es mal día). Me llegó la solicitud de cita, esquinazo entre reuniones, no quiero contarle nada a esa mujer. Tampoco es que pueda, mas cuando es mal día. Eso hasta hace una semana.
El mismo día del paraguas, al terminar la jornada, marchaba al gimnasio, cogí mi bolsa y salí. Llovía a cantaros, no llevaba el dichoso paraguas, lo había olvidado en la oficina. Bueno, a al vuelto podía cogerlo y llevármelo a casa. Me mojé ostentosamente (mi suerte), que no falté el echo que dejó de llover en cuanto llegue al gimnasio. Dos horas después, iba de camino a la oficina de nuevo, pilla de camino a casa, entró a la oficina, cojo el paraguas y salgo y oooooh destino. La mujer de RRHH está ahí esperando el asesor. Entramos juntos al ascensor, agacho la cabeza, y me esputa un fulminante "tenemos que reunirnos". Me sube la atención al cuello y me empieza a temblar la mano, disimulo la reacción como bien puedo y balbuceó entre cortado algo de lo que ni me acuerdo y me jode con un "Maña a las 8 vale? No tienes reunión" asiento con la cabeza y me bajo del ascensor aterrado...
Ahora empieza la historia. Hace un mes llego una nueva chica a la sección de RRHH. Destinada a la mejorara el ambiente laboral (maldita mi suerte, justo donde mas fallo) y empezó a concertar citas con todos, uno a uno, como no soy su objetivo desde que vio que me senté solo en la cafetería (era mal día, no quería hablar con nadie, ese día en específico no quería, tampoco es que cambie mucho cuando no es mal día). Me llegó la solicitud de cita, esquinazo entre reuniones, no quiero contarle nada a esa mujer. Tampoco es que pueda, mas cuando es mal día. Eso hasta hace una semana.
El mismo día del paraguas, al terminar la jornada, marchaba al gimnasio, cogí mi bolsa y salí. Llovía a cantaros, no llevaba el dichoso paraguas, lo había olvidado en la oficina. Bueno, a al vuelto podía cogerlo y llevármelo a casa. Me mojé ostentosamente (mi suerte), que no falté el echo que dejó de llover en cuanto llegue al gimnasio. Dos horas después, iba de camino a la oficina de nuevo, pilla de camino a casa, entró a la oficina, cojo el paraguas y salgo y oooooh destino. La mujer de RRHH está ahí esperando el asesor. Entramos juntos al ascensor, agacho la cabeza, y me esputa un fulminante "tenemos que reunirnos". Me sube la atención al cuello y me empieza a temblar la mano, disimulo la reacción como bien puedo y balbuceó entre cortado algo de lo que ni me acuerdo y me jode con un "Maña a las 8 vale? No tienes reunión" asiento con la cabeza y me bajo del ascensor aterrado...
Nunca en mi vida me imaginé trabajando en una empresa de gestión de RRHH pero la vida da muchas vueltas y aquí estoy, desarrollando software de RRHH. La empresa está en plena expansión. Algunos clientes muy jugosos han entrado recientemente en así que había que contratar mas gente. Recuerdo que... vamos a llamarle Ignacio recorrió, como ya había hecho unas 3 veces desde que entré yo, presentando al/el nueva/o sujeto, obrero carnaza del mundo capitalista en el que vivimos, prenotándolo a sus nuevos compañeros. Ahí conocí a la chiquilla, a día de hoy no sé deciros que edad tiene pero mas de 30 no le podéis poner. Llega expresamente a integrar el departamento de RRHH de la empresa, ni siquiera sabia que existía ese departamento. El desconocimiento se debe a que las entrevistas de informáticos son horribles porque son meramente técnicas y nada personales (esto es así dada la escasez y que vale mas lo que sabemos que quienes somos) asi que a mi me entrevistó un hombre (gran persona) que sabia mas de subrutinas en ARM que de entrevistar gente.
La mujer llegó con el fin de mejorar el ambiente laboral. Mi primera interacción directa con ella fue porque se me pidió arreglar cosas que necesitaba ella expresamente. Amena y comprensible (La calé al momento. Odio a los loqueros, nunca me ayudaron en nada mas que intentar empastillarme, cosa a lo que me reusé en su momento y a lo que me reúso aun hoy) y por supuesto noté que rebuscaba la mirada (tiendo a esquivar la mirada).
Un día en el office de la oficina fue la segunda vez. Había cogido un café, estaba lleno de gente pero la presión me pudo y tuve que uir de ahí para estar solo. Me la encontré de frente en el office de la oficina. Iba nervioso y lo notó. Tras un intercambio de palabras que no recuerdo bien (mi cerebro reprime malos momentos como ese). me trague el café e un sorbo y salí de ahí.
Volviendo al cuasi presente. Se llegó la hora, 8 de la mañana. Casi no voy, solo por no hablar con ella. Me temblaba la mano, la voz, y la tención del cuello... parecía un robot. Me explicó de que iba el rollo. y me soltó el "Cuéntame. ¿No te llevas con tus compañeros verdad?" ... todo fluyó y tuve que contar que padecido PTE, que me niego a ser diagnosticado, y que no voy empastillarme por decisión propia. Tras oírme se dio cuenta de que estaba a punto de saltar por la ventana y decidimos parar para continuar otro día.
Mis muertos, mi suerte, mi paraguas, la lluvia, que sinsentido... puta mierda de vida. Creo que tras hablar con ella estoy peor, mas arisco de lo normal pero me tranquiliza el echo de saber que alguien mas lo sabe y el temblor de la mano ha desaparecido por ello, que paranoilla. Tres semanas han pasado. Ella insiste en hablar, no quiero pero debo o lo reportará a gente de mayor estatus.
La mujer llegó con el fin de mejorar el ambiente laboral. Mi primera interacción directa con ella fue porque se me pidió arreglar cosas que necesitaba ella expresamente. Amena y comprensible (La calé al momento. Odio a los loqueros, nunca me ayudaron en nada mas que intentar empastillarme, cosa a lo que me reusé en su momento y a lo que me reúso aun hoy) y por supuesto noté que rebuscaba la mirada (tiendo a esquivar la mirada).
Un día en el office de la oficina fue la segunda vez. Había cogido un café, estaba lleno de gente pero la presión me pudo y tuve que uir de ahí para estar solo. Me la encontré de frente en el office de la oficina. Iba nervioso y lo notó. Tras un intercambio de palabras que no recuerdo bien (mi cerebro reprime malos momentos como ese). me trague el café e un sorbo y salí de ahí.
Volviendo al cuasi presente. Se llegó la hora, 8 de la mañana. Casi no voy, solo por no hablar con ella. Me temblaba la mano, la voz, y la tención del cuello... parecía un robot. Me explicó de que iba el rollo. y me soltó el "Cuéntame. ¿No te llevas con tus compañeros verdad?" ... todo fluyó y tuve que contar que padecido PTE, que me niego a ser diagnosticado, y que no voy empastillarme por decisión propia. Tras oírme se dio cuenta de que estaba a punto de saltar por la ventana y decidimos parar para continuar otro día.
Mis muertos, mi suerte, mi paraguas, la lluvia, que sinsentido... puta mierda de vida. Creo que tras hablar con ella estoy peor, mas arisco de lo normal pero me tranquiliza el echo de saber que alguien mas lo sabe y el temblor de la mano ha desaparecido por ello, que paranoilla. Tres semanas han pasado. Ella insiste en hablar, no quiero pero debo o lo reportará a gente de mayor estatus.
Tras escibir la parrafada me siento bien, es liberador. Ni siquiera lo habia notado pero en los intentos vanos de "curarme" me han pasado mil cosas. Como aquel viaje a Italia, o quella vez que tuve que dormir dos dias en un coche, o la movida de Irlanda, o...
Os invito a participar si tenéis una anécdota o historia. Igual nos reímos un rato por alguna locura mental propia.