V
Virnatio
A continuación he desarrollado un breve (o al menos eso pretendia
) análisis de un tema que me ha dado vueltas estos últimos días. Quiero establecer que todo lo que diré es puramente teórico y mis conocimientos limitados al respecto.
Existen muchos factores que determinan la fluidez, eficacia y proyección de nuestro proceso comunicativo. Fluidez es el ser capaz de mantener este proceso de forma expedita; eficacia es que tan bien nos damos a entender lo que pensamos o lo que sentimos, y la proyección tiene que ver con como nuestro desempeño comunicativo determina las etapas subsiguientes en el proceso de socialización.
Ahora bien, es posible presumir que el apoyo de la expresión verbal mediante expresiones fisiológicas (rostro, manos, cuerpo, ruidos) es antiquisimo. Mas aun, es lógico suponer que tales expresiones fisiológicas fueran muy anteriores al perfeccionamiento de las capacidades verbales; desde cierto punto de vista podríamos decir que dichas capacidades son ancestrales, lo que se confirma por el hecho de que mucha de tal expresividad es innata, a diferencia de las capacidades puramente verbales. Quiero hacer énfasis en que no me estoy refiriendo específicamente a la comunicación de emociones, del como nos sentimos, sino simplemente a la charla común y corriente entre las personas.
Mi punto dentro de todo esto es que podemos, habiendo superado las barreras de la ansiedad e inseguridad, llegar a ser capaces de dominar la comunicación verbal, ser fluidos y claros, pero si la expresividad emocional que acompaña nuestro dialogo no se ajusta a los estándares de nuestro medio, esto se convierte en un escollo no del todo evidente cuando el énfasis comunicativo se vuelve personal. En lo que respecta al trabajo podríamos no tener problemas, pero no así cuando se dan instancias de interacción mas personales o intimas; nuestras capacidades para "conectarnos" con los demás se verán comprometidas. No se trata de un simple rechazo o de una incompatibilidad; es simplemente el peso de miles de años de evolución en donde el homo sapiens ordinario consolido sus habilidades comunicativas en base al desarrollo y refinamiento pistas emocionales como recurso primordial. Tampoco digo que esta sea la única dificultad para establecer vínculos, pero si es una importante.
Ahora, en mi caso creo que ser muy bueno leyendo a las personas; siempre estoy atento a sus reacciones, a sus gestos, y logro entender bastante bien lo que desean o lo que no desean. Pero carezco de la emocionalidad del común de las personas cuando me comunico. No soy bueno enfatizando o gesticulando, mucho menos se ser histrionico. Esto, en cierto modo produce, según yo, una especie de desconcierto y desinterés en las personas; no son capaces de leerte fácilmente, no tienen claras tus intenciones, no logran "enganchar" contigo. Y como consecuencia de esto las proyecciones de estas interacciones se vuelven limitadas.
No tengo claro si este fenómeno se da en todos los evitativos, aunque yo tendería a pensar que si al menos en una gran proporción. Una forma para entender esto es verlo como una sublimación: podemos llegar a tener buenas habilidades comunicativas verbales, pero ello a costa de suprimir el "riesgo" y "ruido" que implica la emocionalidad. Por otro lado, y también en la linea de la sublimación, el prestar excesiva atención al interlocutor o al medio, si bien nos da la seguridad de poder, supuestamente, reaccionar apropiadamente y a tiempo, concentra gran parte de nuestras habilidades cognitivas, dejándonos desprovistos en otros aspectos (si nuestros interlocutores son muchos, peor). Yo lo siento claramente cuando me relaciono; mis emociones se repliegan y mi atención se vuelve hacia el exterior; es como si no pudiera ser exactamente yo mismo con los demás. Mis capacidades de análisis también se ven mermadas durante la interacción; me vuelvo algo torpe intelectualmente (no demasiado), siento que no puedo enfocar mis pensamientos de la misma manera que cuando estoy solo. También es lógico presumir que la poca expresividad emocional que nos queda se manifiesta de forma torpe y poco certera.
La pregunta ahora es, ¿podemos ser diferentes? ¿queremos ser diferentes? ¿seria conveniente? ¿existen técnicas? ¿existe terapia para esto? Por supuesto que cambios de esta índole solo podrían ser graduales y muy lentos, por lo tanto cuando hablamos de "ser diferentes" nos referimos mas a una intencionalidad que a un hecho tangible en lo inmediato.

Existen muchos factores que determinan la fluidez, eficacia y proyección de nuestro proceso comunicativo. Fluidez es el ser capaz de mantener este proceso de forma expedita; eficacia es que tan bien nos damos a entender lo que pensamos o lo que sentimos, y la proyección tiene que ver con como nuestro desempeño comunicativo determina las etapas subsiguientes en el proceso de socialización.
Ahora bien, es posible presumir que el apoyo de la expresión verbal mediante expresiones fisiológicas (rostro, manos, cuerpo, ruidos) es antiquisimo. Mas aun, es lógico suponer que tales expresiones fisiológicas fueran muy anteriores al perfeccionamiento de las capacidades verbales; desde cierto punto de vista podríamos decir que dichas capacidades son ancestrales, lo que se confirma por el hecho de que mucha de tal expresividad es innata, a diferencia de las capacidades puramente verbales. Quiero hacer énfasis en que no me estoy refiriendo específicamente a la comunicación de emociones, del como nos sentimos, sino simplemente a la charla común y corriente entre las personas.
Mi punto dentro de todo esto es que podemos, habiendo superado las barreras de la ansiedad e inseguridad, llegar a ser capaces de dominar la comunicación verbal, ser fluidos y claros, pero si la expresividad emocional que acompaña nuestro dialogo no se ajusta a los estándares de nuestro medio, esto se convierte en un escollo no del todo evidente cuando el énfasis comunicativo se vuelve personal. En lo que respecta al trabajo podríamos no tener problemas, pero no así cuando se dan instancias de interacción mas personales o intimas; nuestras capacidades para "conectarnos" con los demás se verán comprometidas. No se trata de un simple rechazo o de una incompatibilidad; es simplemente el peso de miles de años de evolución en donde el homo sapiens ordinario consolido sus habilidades comunicativas en base al desarrollo y refinamiento pistas emocionales como recurso primordial. Tampoco digo que esta sea la única dificultad para establecer vínculos, pero si es una importante.
Ahora, en mi caso creo que ser muy bueno leyendo a las personas; siempre estoy atento a sus reacciones, a sus gestos, y logro entender bastante bien lo que desean o lo que no desean. Pero carezco de la emocionalidad del común de las personas cuando me comunico. No soy bueno enfatizando o gesticulando, mucho menos se ser histrionico. Esto, en cierto modo produce, según yo, una especie de desconcierto y desinterés en las personas; no son capaces de leerte fácilmente, no tienen claras tus intenciones, no logran "enganchar" contigo. Y como consecuencia de esto las proyecciones de estas interacciones se vuelven limitadas.
No tengo claro si este fenómeno se da en todos los evitativos, aunque yo tendería a pensar que si al menos en una gran proporción. Una forma para entender esto es verlo como una sublimación: podemos llegar a tener buenas habilidades comunicativas verbales, pero ello a costa de suprimir el "riesgo" y "ruido" que implica la emocionalidad. Por otro lado, y también en la linea de la sublimación, el prestar excesiva atención al interlocutor o al medio, si bien nos da la seguridad de poder, supuestamente, reaccionar apropiadamente y a tiempo, concentra gran parte de nuestras habilidades cognitivas, dejándonos desprovistos en otros aspectos (si nuestros interlocutores son muchos, peor). Yo lo siento claramente cuando me relaciono; mis emociones se repliegan y mi atención se vuelve hacia el exterior; es como si no pudiera ser exactamente yo mismo con los demás. Mis capacidades de análisis también se ven mermadas durante la interacción; me vuelvo algo torpe intelectualmente (no demasiado), siento que no puedo enfocar mis pensamientos de la misma manera que cuando estoy solo. También es lógico presumir que la poca expresividad emocional que nos queda se manifiesta de forma torpe y poco certera.
La pregunta ahora es, ¿podemos ser diferentes? ¿queremos ser diferentes? ¿seria conveniente? ¿existen técnicas? ¿existe terapia para esto? Por supuesto que cambios de esta índole solo podrían ser graduales y muy lentos, por lo tanto cuando hablamos de "ser diferentes" nos referimos mas a una intencionalidad que a un hecho tangible en lo inmediato.