Me pasó algo ayer. Tenía que dejar el coche en el taller para peritarlo, pero había tenido un malentendido con el seguro, el día antes lo había dejado en otra sucursal y ayer sólo iba a dejarlo para que volviera el perito. En esta sucursal son más estrictos con la dichosa cita previa, así que me acerqué a uno de los de recepción que tenía cara de buena gente a explicarlo. Me dijo que tendría que esperar por la gente que había con cita previa. Yo estaba preocupada porque iba a llegar tarde a la cita con mi doctora (aunque no se lo dije), aunque comprendí que estaba feo colarme, había 7 u 8 personas esperando. Como le noté acento extranjero, tuve un "ataque prejuicioso" y pensé que era un alemán cabeza cuadrada. Pero esperé y me puse a leer. Media hora después, como un par de personas que llamó no estaban, me dejó pasar. Cuando me terminaba de atender, ví que en los papeles que yo firmaba no incluía algo que era necesario transmitir al perito. Le pregunté educadamente: "¿no ha sido posible incluir esto?" Entonces con paciencia pero determinación, giró su pantalla y me mostró que estaba escrito lo que yo necesitaba transmitir. No dijo nada pero con los ojos me transmitía: te estoy atendiendo bien, no desconfíes. ¡Vaya lección!. Se podía haber enfadado con razón y no lo hizo. Obviamente le pedí disculpas y me dijo que no pasaba nada. A veces en cualquier desconocido encuentras un rasgo que hace que le aprecies mucho.
Llegué tarde a la consulta pero estaba libre y me comentó que pensaba que no iba, se lo expliqué y todo fue bien.
Con esto recordé que hay que evitar los prejuicios. Ya lo sabía pero a veces se me olvida, por mi impaciencia no reflexiono.
Llegué tarde a la consulta pero estaba libre y me comentó que pensaba que no iba, se lo expliqué y todo fue bien.
Con esto recordé que hay que evitar los prejuicios. Ya lo sabía pero a veces se me olvida, por mi impaciencia no reflexiono.